¿Sientes que te están explotando en el trabajo? Te decimos qué hacer al respecto.

Qué hacer si sientes que te están explotando en tu trabajo o tus prácticas

Si llegaste aquí, es porque sientes que algo no va bien en tu trabajo actual: tal vez sientes que te ahogas a ratos, o quizás no entiendes si es normal quedarse hasta altas horas de la noche trabajando, o estar currando tanto que tu vida social está pendiendo de un hilo (ahem, ¿Andy de El Diablo Viste de Prada, eres tú?)… Antes que nada, déjame decirte algo: no es normal y no es justo que sientas que tu trabajo te consume. 

Desafortunadamente, son muchas las personas que se sienten agobiadas por la carga laboral, sobretodo durante sus prácticas profesionales o su primer empleo. Pero para eso estamos nosotros: para guiarte un poco en este proceso. Así que quédate leyendo para que no se aprovechen de ti en tus prácticas o en tu primer trabajo.

A veces es difícil saber si realmente estás sufriendo de explotación laboral o si simplemente estás teniendo problemas gestionando tu tiempo, sobretodo si es tu primera experiencia de trabajo.

Julia Martins, en un artículo de Asana, lo define así: “La sobrecarga de trabajo ocurre cuando trabajas demasiado, con demasiado empeño o por demasiado tiempo. Si sientes que estás excediendo tu capacidad en el trabajo, ya sea física, mental o emocional, es probable que estés sufriendo de sobrecarga de trabajo.” 

Te dejo algunas señales que indican que la carga laboral que tienes no es la ideal:

• Estrés: El estrés en el curro es relativamente normal, pues a veces nos enfrentamos a situaciones fuera de nuestro control o cometemos errores que dificultan nuestro trabajo. Sin embargo, si sientes que el estrés es demasiado, o que aumenta con solo pensar en el día a día laboral, o que te está causando problemas de salud, esto no es normal. Tu salud va primero.
• No te alcanza el día laboral: Si sientes que te llevas trabajo a casa siempre, o que se acerca la hora de salida y aún te desbordan tus labores, es hora de reflexionar sobre si lo que tienes que hacer es humanamente posible. Las horas laborales se establecen asumiendo que es el tiempo necesario para desarrollar todo. Si sientes que no es así, debes tomarlo en cuenta.
• Sacrificas otras áreas de tu vida: El trabajo es importante. De algo hay que comer, ¿no? Pero no puede ser lo único en tu vida. Si sientes que sacrificas tu vida social, tu descanso, tus almuerzos, tu salud física y mental… ahí no es.
• No tienes un horario laboral claro: Si no sabes a qué hora deberías irte y por esa razón terminas trabajando hasta altas horas de la noche, es una gran red flag.
• Tienes responsabilidades que no te corresponden.

Ya, te entiendo. Es difícil abordar el tema, sobretodo si acabas de empezar. Y, aún más, cuando estás en el fondo de la cadena alimenticia: eres el becario. Pero te tengo una buena noticia: luchar por tus derechos y poner límites demuestra que eres asertivo, te valoras, entiendes tu entorno y estás dispuesto a luchar por ti mismo. Eso mola. 

Entonces, ¿cómo se hace?

1. 1. Haz una lista de las cosas que estás haciendo y las que te faltan por hacer. Describe la prioridad con la que organizas tu tiempo, y cuántas horas te toma cada tarea. Esto te ayudará a justificar por qué la jornada laboral no te alcanza para cumplir con todo.
   2. Identifica qué tareas se relacionan directamente con tus objetivos laborales y los objetivos de la empresa; y compara si los que te toman más tiempo se alinean con tu cargo. 
   3. Piensa en un plan de acción (o un primer paso) que pueda solucionar al menos parte del problema: priorizar un proyecto sobre otro, delegar una responsabilidad o dejar una tarea para otro momento.
   4. Acércate a tu jefe de forma amistosa y profesional, sin estar a la defensiva. Puedes empezar la conversación con una pregunta como: ¿Puedo ser sincera/o contigo? 
   5. Habla primero desde tu preocupación por la calidad del trabajo que estás haciendo y cómo afecta a la empresa y al cliente. Plantea los puntos que ya has preparado en orden. 
   6. Discute las posibles soluciones con tu jefe, haciendo énfasis en el hecho de que tienes que priorizar ciertos proyectos sobre otros. Puedes apoyarte utilizando gráficas y calendarios, e incluso ser proactivo y mencionar fechas de entrega nuevas. El objetivo también es demostrar que no buscas abandonar responsabilidades o proyectos, sino optimizar el tiempo. 

Algunos ejemplos de frases que puedes utilizar:

“Me encantaría apoyar este proyecto, pero eso significaría que debo posponer / delegar esta responsabilidad para asegurar que todo salga bien.”

“Como puedes ver en (la gráfica / el calendario / la presentación) este tipo de proyecto me toma x horas, por lo que no podría entregar ambas cosas en las fechas establecidas. Te propongo esta nueva fecha de entrega.”

“Estoy muy comprometida/o con esta tarea, y por esto mismo sé que no puedo asegurar la calidad de la misma trabajando por mi cuenta. ¿Qué opinas de contratar más apoyo / traer a alguien del equipo para que me apoye?” 

• Evita estar a la defensiva. La frustración y el enojo van a hacer que tu jefe se sienta reacio a escucharte o a llegar a un punto medio. 
• Las soluciones que lleves no tienen que ser las finales. La idea es demostrar proactividad a la hora de encontrar soluciones para diversos problemas. 
• No tengas miedo de alzar la voz: Todos somos humanos, y tu jefe seguramente entenderá que necesitas más tiempo. 
• Habla con tus compañeros para ver si se sienten igual que tú, y si pudieran apoyarte encontrando soluciones o brindando ejemplos nuevos. 

¡A por ello! No tengas miedo 

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